Rasgos y Síntomas

Existen los rasgos, también llamados signos. Por un lado, estos pueden llegar a ser notados o percibidos por personas externas. Ejemplos como, amigos, familiares, y personas que pasan con el individuo. Por otro lado, están los síntomas en los cuales se debe tomar en cuenta las emociones y pensamientos internos de la persona. Al estar con un especialista, este nota esos síntomas tras hablar con el paciente, de manera más personal. No necesariamente el paciente se da cuenta de los síntomas, como es en el caso de la manipulación, o su conducta en relaciones; lo que las vuelve inestables.

En el instituto nacional de salud mental se nombran los síntomas, que pueden ayudarte a identificar si tú o alguien cercano a ti posiblemente sufre de este trastorno, como la impulsividad.
Los comportamientos impulsivos pertenecen a estos rasgos del trastorno, entre esto están acciones como:

• Derrochar el dinero en compras excesivas
• Tener sexo sin protección
• Participar en consumo de drogas y otras sustancias
• Conducir de forma temeraria
• Comer compulsivamente

• 1. Esfuerzos desesperados para evitar el desamparo real o imaginado.
• 2. Patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas que se caracteriza por una alternancia entre los extremos de idealización y de devaluación.
• 3. Alteración de la identidad: inestabilidad intensa y persistente de la autoimagen y del sentido del yo.
• 4. Impulsividad en dos o más áreas que son potencialmente autolesivas (como ya fue mencionado).
• 5. Comportamiento, actitud, amenazas recurrentes de suicidio, o conductas autolesivas.
• 6. Inestabilidad afectiva debida a una reactividad notable del estado de ánimo (p. ej., episodios intensos de disforia, irritabilidad o ansiedad que generalmente duran unas horas y, rara vez, más de unos días).
• 7. Sensación crónica de vacío.
• 8. Enfado inapropiado e intenso, o dificultad para controlar la ira (p. ej., exhibición frecuente de genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes).
• 9. Ideas paranoides, transitorias relacionadas con el estrés o síntomas disociativos graves.

- Miedo al abandono imaginado o real, que los lleva a actuar desesperadamente, haciendo cosas impulsivas para evitarlo.

- Relaciones inestables entre amigos, familiares, personas cercanas, parejas románticas, entre otros, donde el individuo llega a poner a la persona entre un pedestal (idealizando a la persona) y una des-idealización (pensando lo peor de la persona o devaluándola).

- El individuo tiene una distorsión de su propia imagen, donde su identidad es cambiante, e incluso nula (sintiendo un vacío o inexistencia).

- El individuo es impulsivo (como un intento de regular sus emociones por tiempos limitados), llevándolo a gastar grandes cantidades de dinero, tener sexo riesgoso, consumir sustancias ilícitas u otras drogas (como alcohol), comer impulsivamente, etc. Estas acciones pueden causar un daño al individuo volviéndolo auto-sabotaje.

- El individuo tiene episodios y momentos donde amenaza o atenta contra su vida, con intentos de suicido o autolesiones. (las autolesiones comúnmente no tienen el fin de terminar con la vida del individuo, sino como una regulación emocional).

- El paciente tiene varios cambios de humor en cortos períodos de tiempo (minutos, horas o pocos días), donde presenta euforia, enojo o irritabilidad, ansiedad o ataques de pánico, o depresión).

- Sensación de insistencia, o falta de identidad, sintiendo un hueco interior intenso.

- Pensamientos paranoicos en cortos plazos de tiempo (muchas veces relacionados con el abandono), y una reacción al estrés o emociones intensas causando disociación grave (sentimiento de desconexión del entorno o el individuo, donde el paciente se siente en una simulación o mundo irreal, y vivencia fuera de sí mismo).